La Sardina tiene güevo, aborda los confl­ictos y decisiones que tienen que afrontar nuestros adolescentes cada día, el entorno social relacionado con la contaminación no solo ambiental, sino también en cuanto al consumismo y la infl­uencia de los medios de comunicación, la tecnología y las amistades. La relación con los padres, las drogas y la toma de decisiones es lo que determina nuestro camino desde que somos adolescentes, es una refl­exión que con el tiempo y madurez vamos enfrentando de una manera más adecuada, no perfecta, solo que en la adolescencia es más complejo.

El final de la obra lo determina el público por medio de un foro actuado (Boal, 2001) o a manera de charla donde el espectador define, complementa, re­flexiona o ajusta qué posibilidades tienen los personajes: Lila, Tatan y Nejo para pensar su futuro.